19.9.08

De Viajes y Flores

El siguiente es el texto de presentación que he escrito para mi primera exposición fotográfica llamada "Viajes y Flores" y que he reseñado de otro modo en mi blog Tintaluz.

Siendo niño me parecía mágico recorrer las páginas del álbum de fotos de viajes de mi padre –y aún hoy me lo parece-. No es que él hubiera viajado mucho, pero sí había hecho estudios de medicina en Francia antes de la segunda guerra mundial y guardaba muchas fotografías de esa época, las cuales había cuidadosamente conservado y clasificado. Algunas representan vistas realmente magníficas de monumentos y lugares diversos y muchas están viradas a un hermoso sepia. Sin duda, de ahí viene mi gusto por la fotografía y cuando años más tarde tuve la suerte de hacer mis propios viajes, siempre procuré que una cámara me acompañara (aunque no siempre regresara conmigo como sucedió en un viaje a Argentina, donde al parecer me la sustrajeron mientras yo miraba embobado a una pareja bailar tango en la calle). Durante años utilicé cámaras convencionales y hasta tuve un cuarto oscuro donde revelaba y tiraba mis propias copias en blanco y negro, aunque también tomaba muchas fotografías en color. Luego vinieron las cámaras digitales, pero yo no creía mucho en ellas y solo juraba por la fotografía tradicional. Sin embargo, cuando la tecnología digital avanzó lo suficiente como para convertirse en un imparable tsunami que revolucionó todo, tuve que rendirme a la evidencia y reconocer sus altos logros. Pero aún así tardé un tiempo en comprarme mi primera réflex digital y no fue sino hasta hace un año aproximadamente que lo hice. Entonces pude experimentar directamente sus enormes posibilidades e instantáneamente quedé fascinado por ellas. El resultado es que comencé a vivir una nueva luna de miel con la fotografía y hoy casi no me explico cómo pude pasarme de su vertiente digital por tanto tiempo.

A pesar de tener muchos años de coquetear con la fotografía como aficionado e incluso de haber hecho algunos trabajos a nivel profesional, ésta es mi primera exposición formal. La he denominado simplemente “Viajes y Flores” y no tiene más pretensión que la de rendir un modesto tributo al humilde género que practicaba mi padre y que como he dicho fue el que me infundió la pasión por la fotografía, es decir, la llamada fotografía de viajes. La mayoría de las fotos aquí reunidas fueron tomadas digitalmente en Inglaterra este año, pero hay otras que fueron tomadas en España, Panamá y también Costa Rica. Pero como además, en mis travesías siempre topo con una flor que fotografiar -gracias a lo cual me he ido haciendo de una creciente colección de fotos de flores- por ello también he querido mostrar algunas de ellas. Y también porque probablemente en algún rincón de mi ser, existe un silencioso y enigmático diálogo entre esas fotografías de flores y una pequeña fotografía que un pariente le había tomado a mi padre y que me regaló luego de que él emprendiera su último viaje hace unos años… un viaje al que no podía llevar su vieja cámara… un viaje sin imágenes... un viaje sin retorno. En ese retrato se le ve muy sonriente y elegante con su saco y corbata, sosteniendo una rosa, casi como ofreciéndola. Es una foto tal vez algo cursi, pero para mí llena de encanto y sentido y por ello hoy ocupa un sitio de honor en mi casa. Las flores pues, también son un homenaje a mi padre que no coloco en jarrones fúnebres y que no se marchitará con el tiempo -cualidad maravillosa de la fotografía- sino que cuelgo en estas paredes tan gentilmente prestadas por la Casa Azul, a la que agradezco profundamente la invitación para participar en esta muestra fotográfica. Espero que la disfruten y muchas gracias por visitarla.